La movilidad sostenible es un tema central, tanto para agentes públicos como privados. Es un objetivo, que para la Unión Europea tiene fecha: 2035, año en el que se persigue que se ponga fin a la producción y venta de coches con motores de combustión.
Un objetivo, el de la movilidad sostenible, que plantea una serie de retos para los que el sector de la automoción viene trabajando ya una nueva hoja de ruta basada en la sostenibilidad de todos los procesos.
Para lograr la movilidad sostenible, el sector de la automoción se enfrenta a cuatro retos principales.
España cuenta con uno de los parques automovilísticos más envejecidos de la UE, y la transición hacia una movilidad más limpia tiene implicaciones en todos los niveles.
Los planes de ayuda estatales a la compra de vehículos sostenibles son un paso fundamental. Y en este sentido, diversos estudios de mercado y opinión señalan que un destacado volumen de consumidores estaría dispuesto a cambiar sus hábitos de compra para reducir el impacto medioambiental.
La eliminación de los motores de combustión debe de ir acompañada del establecimiento de infraestructuras y redes de recarga eficaces. La producción de energía verde debe impulsarse también de cara a ese nuevo paradigma. Y es que las energías renovables serán esenciales en este objetivo de emisiones neutras.
Reciclar y reutilizar los componentes desempeña también un papel fundamental para alcanzar los ambiciosos planes ambientales europeos en torno a la movilidad sostenible. El sector fabricantes componentes automoción España viene desde hace muchos años apostando por el reciclaje, la refabricación y la reutilización de componentes.
Y es que la economía circular en el marco de los proveedores de componentes de automoción ya permite recuperar hasta el 95% de las partes de un automóvil. Este material recuperado se vuelve a emplear en la industria o se destina a otros nichos comerciales.
Para que el vehículo eléctrico sea el coche del futuro se deben desarrollar las condiciones ideales para su uso. Y aquí la innovación desempeña un papel fundamental. En este punto, destaca el hecho de que el sector de la automoción es de los que más invierte en el vital proceso de I+D+i.
La innovación y el desarrollo de nuevos sistemas y tecnologías está profundamente arraigado en la industria de componentes que, solo en España, invierte el triple de la media nacional, un 4% de su facturación.
El papel de los fabricantes de componentes de automoción resulta esencial para lograr laa descarbonización de la industria del automóvil.
En este sentido, se pueden observar diferentes metodologías orientadas a lograr el objetivo, tales como la digitalización, por su papel en la mejora de la eficiencia energética, o tal como comentábamos anteriormente, la contribución de los materiales a la descarbonización a través de la economía circular, mejora de procesos y sustitución de elementos sintéticos.
En este sentido, hace unos meses, la Cátedra Fundación Repsol de Transición Energética de la Universidad Pontificia Comillas analizó las claves de la descarbonización del sector automovilístico en el seminario, en un encuentro que contó con la presencia de algunas de las compañías adheridas a Autoparts from Spain, como Gestamp o Grupo Antolín.
Durante el encuentro Santiago Esarte, Advanced Manufacturing Manager en Gestamp, aseguró que “se necesita información que vaya más allá de los consumos energéticos y una optimización de procesos a raíz de los datos y evaluación de nuevos procedimientos”.
Por su parte, Carolina Valdivielso, responsable de Cambio Climático y Economía Circular del Grupo Antolín, también presente en el encuentro, hizo hincapié en el reciclado del automóvil, en los materiales sostenibles y en las materias primas, incidiendo en la conveniencia de sustituir fibras sintéticas por naturales. “Se debe lograr una reutilización de los residuos aportando valor dentro y fuera de la industria, integrando de forma sostenible las fibras vegetales”, destacó.
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